Andar con muletas adelgaza. Te contamos la verdad
¿Sufres de alguna lesión o enfermedad que te ha llevado a usar muletas? Seguro piensas que esto podría hacerte engordar. ¡No te entristezcas! Traigo excelentes noticias para ti.
La «Revista de Trauma Ortopédico» publicó un estudio muy interesante. Descubrieron que caminar con muletas puede iniciar una respuesta de ejercicio anaeróbico en el cuerpo. Pero ¿qué quiere decir esto? Pues que andar con muletas adelgaza y no siempre engorda como algunos creen.
Si te interesa conocer cada detalle sobre este tema no pares tu lectura.
Tabla de contenidos
Comprueba por ti mismo si usar muletas adelgaza
La opción que te traigo es calcular las calorías. Pero ¿cómo hacerlo? Muchos dispositivos contabilizan lo que comes. Te indican qué cantidad estás quemando con las actividades físicas. Un producto que te recomiendo es de la marca Books Publisher Titles.
Pésate para que conozcas con cuántos kg iniciaste. Así lo irás repitiendo. Perfecto para hacer una comparación entre si andar con muletas adelgaza o no. Recuerda que, los especialistas recomiendan perder peso lentamente. No te obsesiones con que sea rápido.
Ejercicios para adelgazar usando muletas
Resiste a la tentación de tumbarte en el sofá todo el tiempo, mientras estás lesionado. Controla lo que comes. Mantén una dieta saludable, según te lo indique un buen nutriólogo. Consume alimentos que contengan calcio para ayudar a la recuperación.
Según la Academia de Cirujanos ortopédicos, ejercitarte con precaución acelera el proceso recuperativo. Existen una serie de ejercicios que te servirán mientras usas muletas. Estos son:
Subir y bajar escaleras
Hazlo siempre con cuidado. Acude a tu ortopédico o fisioterapeuta en primer lugar. No todas las lesiones se adecuan a este ejercicio. Ya sea que cuenten con una barandilla o no, sigue intentando subir sin problemas. En caso de que tengas un pie lesionado, no te apoyes en él. Pon tu peso en los manubrios de las muletas.
Suelta una de ellas si lo deseas. Agarra de la baranda con una mano y con la otra la muleta. Hazlo despacio. Para bajar, debes ser aún más cuidadoso, no como lo hacías antes. Primero baja un pie y pon el otro justo a su lado, de poco a poco.
Caminar a diferentes lugares
Si lo prefieres, camina en casa. Eso sí, varias veces al día. Lo ideal es salir a un parque cercano. Apoya de forma muy ligera el miembro lastimado, cada cierto tiempo. Cuando sientas dolor, para.
No te fuerces para no salir lastimado. Sujétate con firmeza, pero si sientes que es demasiado para ti, toma un descanso. Piensa que estando en un sofá tirado todo el día, podría aumentarte unos kilitos.
Elevar y bajar la pierna estirada
Acuéstate en la cama. Coloca una almohada debajo del talón de la pierna que te lastimaste. Es muy importante que fortalezcas tus músculos para que no se atrofien.
Comienza levantándola primero en tandas de a 5 repeticiones. Mientras vayas mejorando, aumenta a 10 y luego a 15. Si es posible que lo hagas todos los días, mejor. Bájala bien despacio, evita empeorar la situación.
Fortalece tus manos
Hay muchos ejercicios para las manos. En YouTube encontrarás diversos videos de los que son sin peso, para los brazos. No tienes que pararte, sentado o donde estés puedes hacerlo.
Busca una pelota pequeña, como de tenis. Presiónala con tu mano y suéltala. Repítelo varias veces. También dobla tus brazos a la altura de tu pecho. Júntalos y súbelos unidos. Parece muy sencillo, ¡pero vaya que se siente el efecto!
Otra opción es apretar una mano con la otra. La señal de que lo estás haciendo bien es que sientes el trabajo en el pecho. Por supuesto que levantar unas pequeñas pesas, si tienes, está permitido.
Otros ejercicios
Pídele a tu médico que te aclare qué tipo hacer para la parte inferior de tu cuerpo. Pueden ser, por ejemplo: prensa de pecho, de hombros, prensas hacia abajo y trabajo abdominal.
Las rutinas fitness de abdominales que te ofrecen los youtubers te vendrán de maravilla. En el caso de las mujeres, lo combinan con los de glúteos. Solo trata de no afectar la zona sensible.
Consejos para usar muletas
Andar con muletas adelgaza, pero tal vez te genere cierta incomodidad debajo de tus hombros o contra tus costados. Considera comprar una almohadilla de muletas para sentirte mejor. Ana Valer Pelarda, fisioterapeuta en el Hospital Miguel Servet, indica lo siguiente:
- Lo primero es que la muleta debe utilizarse en la mano contraria a la extremidad adolorida o más débil
- Lo otro es que la empuñadura debe coincidir con el hueso que sobresale a la altura de la cadera
- Si quieres conseguir más estabilidad, llévala en la mano dominante
- Para estar más cómodo, prueba varias maneras de cogerla, por encima o por debajo
- Para caminar, créate la idea de que estás haciéndolo con un paraguas en un día de lluvia
- Siempre debes mirar al frente
- ¿Algo que no debes hacer? Inclinar el cuerpo para que tu bastón lleve todo el peso
- Para que estés precavido en caso de resbalarte, tiene que existir una sincronización entre los pies y la muleta
- Con frecuencia revisa la goma antideslizante del extremo de la muleta o bastón. Cámbiala cada cierto tiempo
- Cuando te sientes, apoya una mano en la silla y la otra en el bastón. De esta forma equilibras el cuerpo
- Para subir escaleras, primero se sube el pie fuerte y luego el débil. No dejes que todo el peso caiga sobre el lastimado. Apóyate de tus brazos para eso
- En caso de salir a la calle no uses un bolso. Tu mejor opción es la mochila
- Cuando no puedas por ti solo, pide ayuda.
Beneficios de las muletas
Cuenta Gema Galindo Morales, fisioterapeuta en CS Delicias Sur, que las muletas aportan ventajas. Conócelas ahora y aquí:
- Mejoran del equilibrio y estabilidad durante la marcha
- Alivian los dolores de columna vertebral
- Disminuyen el riesgo de caídas
- Las hay plegables, para transportarlas en un bolso o mochila. Las puedes usar cuando quieras. Traen una abrazadera para llevarlas colgadas de la muñeca. Podrás tener ambas manos libres cuando sea necesario
- Disminuyen la fatiga durante las caminatas
- Te facilitan la continuidad de tu vida cotidiana si tienes un yeso. Te permiten seguir trabajando y asistiendo a clases.
¿Y las fiestas qué? Con ellas bailar no es problema. Los límites muchas veces te los pones tú mismo.